NO ME DETENGO, AVANZO A MI MILAGRO (mujer del manto)

El domingo pasado hablamos cuando Jesús le dice a una mujer, oh mujer grande es tu fe. Que es una mujer que la biblia no da nombre, es la Cananea. Ahora quiero hablar de otra mujer la que toco el manto.

Las características de estas mujeres es que son, mujeres de fe.
Mr 5:25. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
28. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
29. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.

Quiero hablar de la mujer desahuciada literalmente. Cuando uno busca la palabra desahuciar, significa que no tiene esperanza, que ya no tiene esperanza. Quitar a uno la esperanza de conseguir lo que desea., eso significa la palabra desahuciar. Quitar a uno la esperanza de conseguir lo que desea.

Quizás hay mucha gente que nos está escuchando o viendo por las redes sociales, y que está en esa condición literalmente desahuciado, o desahuciada, le han quitado la esperanza de conseguir lo que desea, esperanza de salvación. Pareciera que no hay salida, pero siempre decimos. Dios es El tiene la última palabra, la última palabra no la tienen los exámenes, la última palabra aun no la tiene el médico, aun no la tiene el profeta. La última palabra la tiene siempre Dios.

Esta historia debe darnos a ti y a mi fe, para creer que Dios tiene mecanismos, protocolos para sanar a los desahuciados. Aquí podemos ver a través de esta palabra que hay instrucciones clarísimas de como Dios sana a una mujer sin que Él lo sepa, ¿Por qué no lo sabía? Por qué ella viene por detrás y lo toca y es sana. 

Ahora. ¿Cuál es la primera instrucción que debo tener? Primero una enfermedad y que no soy sano, sino que los medicamentos solo me mantienen, los medicamentos no sanan, te mantienen; entonces lo primero que tengo que tener es una enfermedad. 

No sé cuántos son los que me escuchan esta noche y me dice Pastor, yo tengo una enfermedad y llevo varios años y no me tomo una pastilla, tengo un pastillero.

Dice: Una mujer que desde hacía 12 años padecía de flujo de sangre. Primera condición, tengo que estar enfermo, esta palabra no es para sanos, esta palabra es para enfermos, el medico no va al que está sano, el medico va al que está enfermo y esta mujer, habían pasado 12 años, que padecía de un flujo de sangre, la enfermedad de la mujer la excluía de todas las celebraciones, pues ella contaminaba con su contacto. Miren lo que dice en:

Lev.15:25 Y la mujer, cuando siguiere de flujo de sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su costumbre. 

Ósea, que ella no podía acercarse a la gente porque estaba contaminando. Primera condición, una enfermedad.

Insisto esta palabra no es para gente que está sana, esta palabra es para gente que está enferma, desahuciada y que dice Pastor yo estoy viviendo esa experiencia, en el literal esta mujer había sufrido mucho de una continua hemorragia desde hacía 12 años, no eran tres años, no eran seis años, no eran ni si quiera nueve, eran doce años.

Esta sanidad fue llevada a cabo mientras Jesús iba caminando a la casa de Jairo. Recuerde que había venido Jairo a hablar con Jesús, diciéndole mi hija se está muriendo, en ningún momento dijo Jesús no, yo no voy. Jesús va a la casa de Jairo, Jesús va caminando, una gran multitud rodea al Señor pero esta mujer N°1 la condición; está enferma, N°2 12 años tiempo suficiente para recibir un milagro, pero, lo que me llama la atención de esta mujer que la multitud aprieta al maestro, es mucha la gente que rodea a Jesucristo.

Yo pienso esto, como una mujer se acerca a Jesús si está rodeado de los discípulos, la gente que lo rodea y Jesús va caminando; lo grande de esto es que mientras iba Jesús caminando, ella fue sanada. ¿Por qué fue sanada? Por qué literalmente iba detrás del maestro. Pero algo ocurrió en ella. Y esto es lo que quiero plasmar en su corazón.

Que mientras tú y yo caminamos en el camino del Señor, no estamos exentos de enfermedades, no estamos exentos de dolores pero mientras tú y yo caminemos, Dios tiene el poder para sanarnos. 

El problema es cuando me paro, cuando deje de asistir a la iglesia, cuando deje de escuchar la palabra de Dios, cuando deje de leer la biblia, cuando deje de orar, cuando deje de ayunar de buscar a Dios. Ahí el problema se agudiza, mientras yo tengo un estilo de vida, buscando a Dios caminando detrás del maestro y teniendo la fe que si lo toco voy a ser sano. Algo va a suceder, porque no me paro voy acompañando al Señor, es difícil llegar a Él, hay muchos hombres. Yo voy a contaminar, pero que es lo que hizo esta mujer.

Quiero que ponga atención a esto: ella dijo, si solo lo tocare. Ella creyó en su corazón que si solo lo tocara el borde del manto, ella seria sana.

Mire lo que dice la palabra de Dios. Lc. 17:11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: id mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.

Si ellos se paran y conversan entre ellos, ¿porque no vino?, ¿porque no oro por nosotros?, ¿porque no nos puso las manos?, sino que Jesús le dio una instrucción. ¿Cuál instrucción? Vayan a la iglesia, vayan al sacerdote, ¿Dónde está el sacerdote? En la iglesia. ¿Qué hicieron ellos? Se fueron por que creyeron. ¿Qué dice la biblia? Que mientras iban…fueron limpiados. Hay gente que se quiere sanar, sin ir al sacerdote. Hay gente que quiere sanar, sin tener un compromiso con Dios. Hay gente que quieren sanar, sin dejar de pecar, sin dejar los vicios. Pero aquí hay una condición, tenemos que caminar.

Hay una instrucción tenemos que ir a la iglesia, a esta sociedad no le gusta la iglesia, hay una sociedad anti Dios, pero Jesús le dijo a diez leprosos, vayan al sacerdote, la biblia dice que mientras iban fueron limpios, la cosa es obedecer, ni si quiera les oro, ni les impuso las manos.

Yo sé que hay momentos que te obligaron a pararte y que dijiste no quiero saber nada con la iglesia. Y ahí estas parado, yo sé que hay gente que me está mirando y escuchando y esta parada. Gastando en médicos todos tus recursos por que te paraste. Nosotros los evangélicos no estamos exento de enfermedades, yo tuve una enfermedad, pero seguimos avanzando a pesar de. Seguimos yendo a la iglesia, ¿Por qué? Porque esa es la instrucción.

Quiero decirte esto, no nos paramos seguimos avanzando y cuando tu avanzas algo sucede. Mientras el evangelio es un estilo de vida, no es una cuestión religiosa, no es una cuestión para tranquilizar la conciencia, sino que es un estilo de vida el reino de Dios, me voy a enfermar, pero algo sucede, Dios me va limpiar, Dios me va sanar. El problema es que te paraste. Ese fue el problema, te detuviste, te enojaste, te enfureciste, entonces, eso te paro, te detuvo.

Esta mujer, vio la multitud, la multitud no fue obstáculo para ella, ella es mujer. Por ahí a la gente le dices, vamos a la iglesia? Te dicen no, no es mi tiempo, siempre poniendo obstáculos, pero si yo quiero que Dios me sane, si yo quiero que Dios haga un milagro, yo tengo que avanzar, yo tengo que ir en dirección de Jesús, ella oyó hablar del Señor. Quizás alguna vez habrá dicho, de nada me sirve ver, tengo que tener fe. No basta que yo escuche al pastor, no basta que yo venga a la iglesia, o lo vea por las redes sociales. Yo tengo que tener fe.

¿Qué es lo que hizo ella? Si solo toco el manto, yo voy a ser sana.

Ahora, ella había sufrido mucho, se repite la palabra. Vamos a Mr 5: 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor.

Mire en un mismo versículo se ve la desgracia de esta mujer, en un solo versículo se ve el dolor de esta mujer, porque no es solo doce años de enfermedad. N° 1 Sufrido mucho. N° 2 muchos médicos, eso me habla que busco especialista, N°3 gasto todo lo que tenía. N° 4 nada había a provechado. N° 5 antes le iba peor. En ese solo versículo esta toda la desgracia de esta mujer. Porque no solo estaba enferma, estaba enferma económicamente no tenía nada y lo que es más terrible, estaba peor.

¿Cómo estaba? Peor… osea gasto todo su dinero, fue al especialista, busco al mejor especialista, gasto todo el dinero y le iba peor.

Y esta es la desgracia de mucha gente, lo que más hay en la ciudad son farmacias, lleno de remedios que no sanan, solo te mantienen.

Ahora la pregunta, ¿Dios quiere que sigas viviendo así? ¿En ese estilo de vida? ¿Que la gran parte de tu jubilación te lo lleves en remedios, un 30% y hasta un 40% de tu jubilación? ¿Cuánto con esos 40% lo podes disfrutar con tus nietos, hijos? Pero es la desgracia de esta humanidad., sufriendo mucho, mucho de médicos, gastando todo lo que tenía, nada había aprovechado.

¿No sé si hay alguien que está en esa condición? Alguien estará diciendo, pastor usted me está predicando a mí, solo falta que diga mi nombre.

Y aquí vemos el fracaso de los médicos, de repente hay muchos médicos, que tienen éxito en las operaciones, pero también hay otros que fracasan, de manera impotente dice, ya no podemos hacer más, solo un milagro. 

Mr 5: 26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor.

Con el transcurso del tiempo doce años, resultaba más evidente para la mujer, el carácter crónico de su enfermedad y además sus recursos se habían terminado.; en un inútil intento de curarse, sin duda, todo esto así que ella se desanimase más, y más. ¿Por qué pasaban los años.

Mr 5: 27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y toco su manto. 

Aquí es donde debe haber un quiebre, un cambio; un antes y un después. Ella oyó hablar de Jesús. Sabe lo que me gusta de esta mujer y esto pasa con gente de fe, no vienen de frente a decir, yo necesito ser sana, estoy enferma.

Ella reconoce que es una mujer, reconoce que no se puede acercar por su enfermedad. Y que hace ella, de manera humilde, va por detrás, quiere pasar desapercibida, no quiero que nadie se den cuenta, en secreto, y eso hace la fe. La fe no es soberbia.

Ella se convenció, que si lo toco seré sana. No basta tener una necesidad, mirar hay mucha gente, nadie me saluda, me voy chau. Que me garantiza esta palabra? Que si yo hago las cosas correcta. Ella vino por detrás y lo toco. No dijo Señor órame, pon tu manos Señor. No!

Ella dijo si lo toco. Y mire lo que paso: Y en seguida la fuente que hacia doce años estaba como una hemorragia, se secó. No fue mañana, la semana que viene. Al instante. Se secó, doce años, sabe lo que significa eso? Ella no podía salir por mucho tiempo, ella sabía cuándo el flujo era más intenso, ella sabía su diagnóstico. Hasta que ella sintió que su cuerpo fue libre de aquel azote.

No hablo con nadie, no hablo con el pastor, no, ella se fue por detrás, bajo perfil, nadie me conoce y toco el borde del manto. Yo no sé cuántos esta noche que están enfermos literalmente, enfermos, si Dios me da esta palabra porque Dios conoce la necesidad que hay en ti. Y en esta noche pidámosle al Señor, que se seque el cáncer, que se seque la enfermedad, que se seque el coronavirus, Dios tiene poder. Yo tengo que creer, que si solo lo toco seré sano. ¿Cuál es la condición? Tienes que hacer un cheque? NO! Tienes que enviar dinero? NO! ¿Cuál es la condición? Es creer. Esta mujer a traspasado todos los limites.