1Ts 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús
La pequeña, bien perfumada y orgullosa anciana de 92 años, se encontraba lista a las 8 en punto, con su cabello arreglado a la moda y el maquillaje perfectamente aplicado. Se mudaba a un asilo. Su esposo, murió recientemente, lo que motivo la mudanza.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo.
Mientras se desplazaba con su andadera hacia el ascensor, le di una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana.
Me encanta, afirmo con el entusiasmo de un niño de 8 años, al que le acaban de entregar una nueva mascota, señora Pérez, no ha visto el cuarto....espere.
Eso no importa, respondió. La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto, no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente.
Ya decidí que me gusta. Es una decisión que hago cada mañana, cuando me levanto.
Tengo la elección. Puedo pasar el día en la cama, repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que si funcionan. Y continúo:
Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocare en el nuevo día y los recuerdos felices que he almacenado... solo por esta vez en mi vida.