NUEVO VINO

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Juan 2:1-2

Para los israelitas, el vino era un elemento infaltable en las ceremonias nupciales. El vino en una boda simbolizaba alegría, medicina, consuelo y abundancia en el futuro.

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Juan 2:3

Que faltara el vino no solo significaba el fin de la fiesta y la vergüenza pública del matrimonio. Para los antiguos, cuya concepción de la vida estaba envuelta en la superstición, sucesos como éste solo podían significar algo malo para el futuro de la nueva familia, para ellos esto presagiaba que eventualmente el matrimonio no tendría alegría, salud, consuelo ni abundancia.

Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Juan 2:4

A Jesús, antes de obrar un milagro por mano de otros, le vemos haciendo preguntas desafiantes, preguntas cuya contestación, necesariamente debían llevar a la inexorable conclusión de que humanamente hablando se hallaban ante un callejón sin salida.

¿Dónde compraremos pan para tantos? Juan 6:5
¿Han pescado algo? Juan 21:5

Así, también vemos a Felipe, contestando que no tenían fondos para comprar pan para tantos; y a Pedro confesando que no había un solo pez donde habían estado pescando infructuosamente toda la noche. Estos pasajes guardan varias similitudes, la primera de ellas, que eran situaciones a punto de volverse desesperadas.

Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Juan 2:5

María no decae en su fe, ni siquiera se detiene a responder, por el contrario, de inmediato va ante los sirvientes y les dice que obedezcan a su hijo. Al principio de su evangelio, Juan establece un parámetro que debemos asimilar para entenderlo en su totalidad: Que Jesucristo es La Palabra de Dios.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1-5

María es el símbolo de todos aquellos que sabemos que Jesús es la Palabra de Dios (Juan 1:1-5).

El ejemplo de María nos muestra lo que quienes seguimos a Jesucristo debemos hacer cuando sufrimos ante alguna necesidad: haz lo que La Palabra diga.

Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos... Juan 2:6

Los fariseos habían establecido la tradición de lavarse las manos antes de comer. Muchos de los ritos que los fariseos exigían se cumplieran no eran ordenamientos de La Palabra, pero exigían se llevaran a cabo como si lo fueran.

Seis, este número representa lo humano, porque al sexto día Dios creó al hombre.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó [...] Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Génesis 1:27-31

Tinajas: Simbolizan la religión. Representan el esfuerzo humano por agradar a Dios mediante ritos y rituales, esto es, mediante la religión.

Piedra: Representa la inflexibilidad y la impermeabilidad. Las tablas de Moisés eran de piedra y así también lo es el corazón religioso que está endurecido (Ezequiel 11:9 / Marcos 6:52). Simboliza los dogmas establecidos, que la tradición de los religiosos vuelve rígidos e inmutables.

Agua: Simboliza el conocimiento lejano de Dios. El agua estancada puede limpiar lo de fuera pero hace daño si se ingiere. Así sucede con quien conoce a Dios a través de la religión, que es un ejercicio externo y no mediante una relación íntima.

Las seis tinajas de piedra son el esfuerzo humano, insuficiente e imperfecto por relacionarse con Dios mediante la religión.

...en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros... Juan 2:6

La medida de cada cántaro es aproximadamente entre 100 y 115 litros.

Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua... Juan 2:7

No debemos perder de vista la época y el lugar donde sucedieron estas cosas. Hoy día, tomamos la manguera y llenamos un recipiente del tamaño que sea con un mínimo esfuerzo. Pero para los actores de este pasaje, no era cualquier cosa ir a sacar agua para llenar esas tinajas. Requería de un arduo esfuerzo y tiempo para cumplir la orden que les acababan de dar. Sin embargo los sirvientes nunca se cuestionaron sobre el sentido o la utilidad de lo que se les había mandado hacer. Es justamente esta obediencia la que obró el milagro.

Haced recostar a la gente. Juan 6:10
Tiren la red a la derecha. Juan 21:6

Antes de obrar milagros por manos de terceros Jesús daba una orden sencilla pero aparentemente sin sentido o utilidad.

...Y las llenaron hasta arriba. Juan 2:7

Esos sirvientes no solo obedecieron puntualmente sino lo hicieron con esmero. Por supuesto ellos no sabían que esa agua se iba a convertir en vino, puesto que jamás esa utilidad se le había dado a esas tinajas.

Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora. Juan 2:8-10

Para los antiguos la sangre era la vida interior de todo ser (Génesis 9:4), su espíritu. El vino nuevo simboliza la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, su Espíritu Santo (Hebreos 12:24).


Así, el vino que se terminó en plena fiesta representa todo lo que nos da a alegría, salud, consuelo o abundancia en este mundo pero que un día se va a acabar. Por el contrario el vino nuevo es el símbolo de El Espíritu Santo, que nos dará alegría, vida, consuelo y abundancia de forma abundante y por toda la eternidad.