Una incubadora provee un ambiente
controlado que promueve crecimiento de un objeto, una idea o un pensamiento. De
tal manera, nos volvemos incubadoras de la Palabra de Dios. Nuestras mentes
deben ser un ambiente controlado para promover crecimiento al permitir la
Palabra de Dios que se manifieste. Esto requiere que usemos nuestro tiempo con
sabiduría. El tiempo que se nos da debería ser llenado con ingredientes que
añadan valor y estimulen crecimiento y acción que se alinean con el propósito
que Dios nos dio.
Efesios 5:15. Mirad, pues, con
diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, Qué nos dice esta
escritura? Para poder hacer lo que nos dice esta escritura, ¿para qué debemos
entender de qué se trata la vida? Escribe en tu diario de qué se trata la vida
y qué es lo que necesitas hacer para poder decir confiadamente, Vivo de manera
plena, no sólo existo en la tierra.
Recuerda, el usar el tiempo de
manera sabia es el secreto a las riquezas. La diferencia más grande entre
aquellos que prosperan y los que no, es el valor que le han añadido a su
tiempo. Mientras más tiempo invertimos, más sacamos de este.
Se pierden preciosos momentos del
tiempo en un abrir y cerrar de ojos. El tiempo es un regalo de Dios que no
tiene precio, y se va rápido. No tenemos la habilidad de pararlo o recuperar
lo. Como resultado de esto, no tenemos tiempo que perder en la tierra. El
proteger el valor del tiempo es una medida de seguridad que pagará grandes
dividendos en un futuro. Nos enfocamos en dónde está nuestro tesoro.
Los ladrones de tiempo son
aquéllas personas o cosas que te quitan o te roban el tiempo y recuerda que no
hay oportunidad de buscarlo de regreso. Estos nos sacan de curso muy fácil, son
causantes de desenfocar nos del camino de Dios y enlazarnos en actividades o
cuestiones que nada tienen que ver con nosotros, aunque son muy bellas. Un paso
crítico para cada uno de nosotros es identificar distracciones o ladrones de
tiempo. Programas de TV sin propósito de aprender algo, llamadas de teléfono
sin sentido, gente sin metas, sueños y hábitos que nos derrotan pueden ser
algunos de los ladrones de tiempo que vamos a experimentar.
El tiempo es la moneda de tu
vida. Es la única moneda que tienes y sólo tú tienes el poder de decidir en qué
lo vas a gastar. Ten mucho cuidado de que los demás se gasten el tuyo.