Dios
incluye una condición para Su presencia en nuestras vidas y está en 2 Crónicas
15. En el capítulo anterior, el rey Asa había dirigido los ejércitos de Judá a
una gran victoria sobre el ejército de un millón de hombres de Etiopía. Sin
embargo, Asa testificó que fue la presencia de Dios la que había dispersado al
enemigo.
Y
clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia
alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová
Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este
ejército…Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa (2 Crónicas 14:11-12).
Mientras
Asa y sus ejércitos llevaban la procesión triunfal de regreso a Jerusalén, un
profeta llamado Azarías les dio el alcance a la puerta de la ciudad con este
mensaje de parte de Dios: Oídme, Asa…Jehová estará con vosotros, si vosotros
estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le
dejareis, él también os dejará. Muchos días ha estado Israel sin verdadero
Dios…pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y
le buscaron, él fue hallado de ellos (15:2-4).
Aquí
está el secreto de conseguir y mantener la presencia de Dios en tu vida. El
Señor recordó a Asa, a quemarropa, sin tapujos: Asa, nunca olvides cómo
obtuvieron esta victoria. Me buscaron con todo su corazón cuando estaban en
problemas y Yo les envié Mi presencia. ¡Fue Mi presencia la que hizo huir a sus
enemigos!
Ahora,
Azarías le decía a Asa: ¿Te acuerdas cómo era el reino antes de que fueras rey?
Todo estaba fuera de orden, sin ley, sin orientación, sin enseñanza justa.
Nadie respetaba la ley, ¡cada cual hacía lo suyo!
Ésta
no es una teología complicada. Cualquiera puede tener la presencia permanente
del Señor si él o ella simplemente buscaran al Señor para ello.
El
Señor será hallado de vosotros (15:2). La palabra hebrea que se encuentra aquí
es matsa, que significa Su presencia, brotando, para bendecir. En resumen, este
versículo nos dice: Busquen al Señor con todo tu corazón y Él vendrá a ustedes
con Su presencia. De hecho, ¡Su presencia será un poder omnipotente que emana
de sus vidas!