YO SERE A ISRAEL COMO ROCIO

Oseas 14:5 Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

El roció es una fuente de frescura. Es la provisión de la naturaleza para renovar la superficie de la tierra. Cae de noche y si no fuese por él, moriría la vegetación.
Este gran valor del roció es él se reconoce en las escrituras. Se usa como símbolo de refrigerio espiritual. Así como la naturaleza esta bañada de roció. Así también el Señor nos renueva.

Muchas veces no nos damos cuentas de la importancia del roció celestial en nuestras vidas, y como consecuencia, carecemos de frescura y vigor.
El roció espiritual: es el alimento espiritual y no es suficiente que tomemos ese alimento de vez en cuando. Diariamente debemos recibir la renovación del Espíritu Santo.

Por la noche, cuando las hojas reposan, los poros de los vegetales se abren para recibir el baño refrigerador y fortalecer, así también el roció espiritual viene a nosotros cuando permanecemos quietos delante de Dios.

Mientras hay calor o viento el roció nunca se junta, no debe haber viento y el aire tiene que llegar a un estado de frescura y reposo, es allí donde cae el roció.
De la misma manera la gracia de Dios no llega a consolar el alma del hombre hasta que no haya un estado de reposo, de calma en nuestras vidas.

Dejemos que Dios sea como el roció a Israel; necesitamos un refrigerio espiritual, necesitamos ese renuevo de Dios, necesitamos ese alimento espiritual.